Región de las Yungas (Selva Montana) y Selva de Transición

En las laderas orientales de las Sierras Subandinas, en el noroeste del país, existe una selva húmeda subtropical, merced a recibir la humedad atlántica de los vientos del Noroeste -no agotada en su paso demasiado alto sobre el Chaco - que se descarga al ascender estas serranías. Estas copiosas lluvias estivales, entre 1.300 y 3.000 mm. anuales, son complementadas por las neblinas producidas al recostarse las nubes sobre las sierras, que mitigan el efecto de la estación seca. Esto permite que en la faja entre los 500 y 1.500 metros de altura se desarrolle la vegetación selvática con árboles siempre verdes de 25 y 35 metros, entre los que se destacan el horco molle (una de las abundantes mirtáceas, de casi 40 metros) y el laurel de la falda (de inmensa copa) y con abundantes enredaderas y epífitas, como las bromelias gigantes (Tillandsia maxima), que juntan suficiente agua en sus cálices para brindar abrevadero a los monos caí (Cebus apella). Por encima de esta faja y hasta los 2.300 metros -aunque los límites altitudinales de las distintas franjas vegetacionales varían con la latitud y la exposición de las laderas- la humedad y la temperatura media disminuyen, y la selva es reemplazada por bosques de pinos del cerro (Podocarpus sp.) y de alisos (Alnus sp.). En esta provincia biogeográfica de las Yungas, el tramo inferior de las laderas (hasta los 500 metros) y las llanuras pedemontanas están ocupadas por ``selva de transición''. Con menor precipitación, marcada estación seca invernal y mayores oscilaciones térmicas, predominan en su cerrado estrato arbóreo caducifolias invernales de 20 a 30 metros de alto. Se destacan el Palo Blanco (Calycophyllum sp.), y los árboles que tiñen sus copas de morado - jacarandáes - y de rosa o amarillo - lapachos (Tabebuia spp.) - al llegar la primavera, coloreando como manchas la verde masa selvática.