Todos los pueblos, comunidades y naciones tienen derecho a un acceso equitativo a los bienes y servicios que la energia proporciona. Ello implica un uso, producción y distribución equitativo de estos bienes y servicios en todos los niveles local, nacional, internacional y cambios en los estilos de vida derrochadores. Todas las comunidades tienen igual derecho a captar y producir su propia energia utilizando fuentes locales.