1. Demandamos que nuestros gobiernos negocien y ratifiquen un tratado de prohibición de pruebas nucleares. El principio No. 26 de la Declaración de Estocolmo de 1972, que llama a la eliminación de las armas de destrucción en masa, debe ser reafirmado y extendido e incluir todas las armas.
2. Trabajaremos contra las desigualdades en las relaciones de poder originadas en el color de la piel, la clase social, la cultura o el genero de las personas. Buscamos promover una participación equilibrada en todas las instancias decisorias en todos los niveles. Trabajaremos para terminar con la explotación de las mujeres, los niños y otros grupos marginados por los sistemas militares dominantes.
3. Apoyaremos a los que enfrentan la represión militar y policial porque se oponen a la guerra o a proyectos que tengan consecuencias negativas para el medio ambiente y el desarrollo.
4. Responsabilizamos a los gobiernos y al complejo militar- industrial-universitario por cualquier daño que directa o indirectamente, sea causado al medio ambiente. Insistimos en que se deben registrar e inspeccionar recíprocamente todas las armas de destrucción masiva, las cuales deben ser desmanteladas y no reemplazadas. Organizaremos boicots a las empresas que fabrican productos que dañan el medio con fines militares.
5. Realizaremos campañas para lograr la reducción simultanea de gastos militares en todos los países hasta su total e inmediata eliminación en todos los países, para que sean transferidos estos recursos humanos, económicos y técnicos para satisfacer las necesidades sociales y ambientales, inclusive la limpieza de la contaminación provocada por acciones militares.
6. Promoveremos soluciones pacificas dentro y entre las naciones o grupos étnicos y religiosos que se encuentren en conflicto.
7. Reforzaremos las relaciones entre ONGs de todo el mundo para fortalecer el intercambio de informaciones objetivas e imparciales y construir solidaridad para la comprensión de los impactos ambientales causados por el militarismo y para conocer mejor las interconexiones entre el desarrollo, el medio ambiente, la deuda, la dominación y el militarismo.
8. Declararemos que nuestros territorios y localidades deben ser libres de armas nucleares, químicas y biológicas, de sistemas de armamentos y de energía nuclear y trabajaremos por la eliminación de su desarrollo, producción, transporte y almacenamiento.
9. Nos uniremos a los pueblos indígenas en oposición al uso de sus tierras o territorios y de su espacio aéreo con propósitos militares, inclusive la explotación de la minería de uranio, las pruebas de armamentos, el deposito, almacenamiento e incineración de desechos peligrosos y radiactivos.
10. Haremos campaña de denuncia contra el condicionamiento de la sociedad, especialmente los niños, a través de los medios de comunicación y juegos, asi como juguetes bélicos. Promoveremos la educación para la paz.
11. Habida cuenta de la toxicidad química y la radiactividad del uranio (U238) desechado, trabajaremos para la prohibición inmediata de su uso y del uso de materiales similares en la producción de equipamiento militar y civil.
12. Condenamos la utilización de cualquier pretexto, incluido el narcotráfico, como justificación para invadir, intervenir, militarizar o devastar regiones.
13. Nos oponemos al uso de la tierra, de los mares, del aire, y del espacio exterior para experimentos nucleares, depósitos de desechos nucleares y otras acciones militares que perjudican el ambiente.
14. Reafirmamos que toda actividad relacionada con el militarismo debe estar regida por los procedimientos judiciales, legislativos y reglamentarios de la sociedad civil.
15. Apoyaremos la creación de un Centro Permanente de Respuesta a la Crisis Ambiental para coordinar internacionalmente las providencias en caso de desastres ecológicos, incluida la guerra.