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Origen y antecedentes de la Fundación de Salta

Por Atilio Cornejo,
Agosto de 1931

1.- No se trata de un acontecimiento aislado la fundación de nuestra ciudad. En efecto, después de la expedición de Almagro a Chile - en 1536 - que siguiera las huellas del inca Tupac Yupanqui; de las de Diego de Rojas en 1543 y de Núñez de Prado en 1550 al Tucumán y de las posteriores de Francisco de Villagra (1551), Juan Pérez de Zurita (1558), Francisco de Aguirre (1553), Diego Pacheco y otros, el valle de Salta, actualmente llamado Valle de Lerma, fué considerado por las autoridades del Virreynato del Perú y de la Real Audiencia de Charcas como un punto de trascendental importancia estratégica y comercial.

Fué, sin duda, Francisco de Aguirre quién proyectó fundar una ciudad en el valle de Salta, de acuerdo a su vasto plan trazado respecto del actual territorio argentino. De ahí que el Virrey don Francisco de Toledo en los nombramientos de Gobernadores del Tucumán a favor de Gerónimo Luis de Cabrera (1571), Gonzalo de Abreu y Figueroa (1575) y Hernando de Lerma (1577) los extendiera ``con la condición de fundar una ciudad en el valle de Salta'', y en el sitio que mejor les pareciere, para contener a los indios chiriguanos y calchaquíes. El mismo Toledo autorizó a Pedro de Zárate en 1575 para fundar una ciudad `` en cualquiera de los tres valles, Salta, Jujuy o Calchaquí'', fundándola seguramente en Campo Santo, bajo el nombre de San Francisco de Alava siendo luego destruída por los salvajes. El oidor de la Audiencia, Juan Matienzo, en 1556, ya se refería al valle de Salta en su obra ``Gobierno del Perú''.

Cabrera no cumplió con su compromiso, pero fundó la ciudad de Córdoba; Abreu y Figueroa fundó dos veces la ciudad del Valle de Salta en el valle de Salta, bajo el nombre de San Clemente de la Nueva Sevilla, más o menos a la entrada de la quebrada de Escoipe, por Peñaflor, en el actual Departamento de Chicoana, según lo comprueban documentos irrefutables que obran en nuestro poder. Con anterioridad, Abreu fundó San Clemente en el valle Calchaquí, reedificando la población que en ese punto hizo Zorita en 1559 bajo el nombre de Córdoba de Calchaquí, próxima a la segunda ciudad del Barco fundada en 1551 por Núñez de Prado y más o menos cerca del actual pueblo de San Carlos. La primera fundación de Abreu en Calchaquí fué destruída por los naturales y reedificada en 1631 por el Gobernador Albornoz, bajo el nombre de N. S. de Guadalupe. La segunda y tercera, asentadas en Chicoana, también fueron destruídas.

Con anterioridad, en 1566, se echaron las bases de una ciudad en Esteco y en 1567 la mandó fundar Diego Pacheco bajo el nombre de N. S. de Talavera a 45 leguas al norte y a la misma altitud de S. del Estero. En 1592 Ramírez y Velazco fundó Madrid de las Juntas, en la unión de los ríos Piedras y Pasaje a 22 leguas de Talavera y 22 de Salta y en 1609 el Gobernador Rivera despobló Talavera y Madrid de las Juntas y pobló la ciudad de Talavera de Madrid a 3 leguas de Madrid, 25 de Talavera y 28 de Jujuy, ciudad que comunmente es conocida por Esteco, en atención al paraje o provincia en donde estaba situada y que, como es sabido fué destruída por los terremotos de 1692.

Recién en Junio de 1580 llegó Hernando de Lerma a Santiago del Estero, como gobernador del Tucumán nombrado por el Rey en noviembre de 1577, con instrucciones del Virrey Toledo y de la Audiencia, dadas en 1579 y con la ``la obligación de fundar un pueblo en Salta''.

Después de algunas expediciones, Hernando de Lerma por fin, fundó la Ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta el 16 de Abril de 1582 y en el mismo sitio donde se halla actualmente.

En 1587 se intentó trasladarla bajo el nombre de San Felipe de la Nueva Rioja y en 1588 se trató de su mudanza al río Siancas, pero sin resultado.

Con el tiempo, se la conoce simplemente por Salta. En 1792 se la declaró capital de la Intendencia de Salta del Tucumán y después de la Revolución de Mayo pasó a ser la capital de la provincia de argentina del mismo nombre.

Bien merecen recordarse, así como a Lerma, los nombres del Virrey Toledo, de Francisco de Aguirre y de Gonzalo de Abreu, precursores de la fundación de Salta.

2.- Como se verá, el nombre de Salta existía mucho antes de su fundación y antes de la llegada de los conquistadores. No es una palabra española, sino indígena, que indicaba el nombre del lugar y, posiblemente, de una tribu. Es aventurado, entonces, afirmar en sentido absoluto cual sea el verdadero significado de la palabra Salta, como lo hicieran algunos al creer que viene de aquello de Salta para que no te ahogues (Zorroguieta; M. Solá; Zinny); o de Sagta, que hermoso! (A. L. Dávalos; B. Frías); etc., siendo en cambio un hecho comprobado que, en casi todo el norte argentino y debido seguramente a la circunstancia del arraigo de los elementos aborígenes y nativos, se conservaron los nombres de los parajes respectivos en que fueron fundadas las ciudades por los españoles y nó la denominación que les dieron sus respectivos fundadores. Tal sucede con San Felipe de Lerma en el valle de Salta; Talavera de Madrid de Esteco; San Fernando de Catamarca; San Miguel de Tucumán; San Salvador de Velazco en el valle de Jujuy; etc.


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