La falta de recursos financieros y tecnológicos suficientes ha sido identificada como uno de los principales obstáculos para la realización de muchas de las iniciativas puestas en marcha en Santa Cruz. Se requiere un diálogo constructivo para explorar mecanismos financieros innovadores que puedan ser aceptados por todas las partes interesadas a fin de complementar el financiamiento con que se cuenta para un desarrollo sostenible. El diálogo puede contribuir, además, a superar dificultades de transferencia de información científica y tecnológica.
Con el respaldo de otros instituciones internacionales, la OEA ha respondido al mandato recibido en Santa Cruz de buscar nuevos instrumentos y fuentes de financiamiento para el desarrollo sostenible. El grupo de trabajo del Grupo de Trabajo Interagencial establecido a esos efectos colabora en la elaboración de los planes de una reunión técnica sobre financiamiento de desarrollo sostenible cuya realización está prevista para más tarde en 1998.
La OEA ha abierto sus puertas al capital privado a través del establecimiento de una fundación que tratará de movilizar recursos provenientes del sector privado para el financiamiento de programas y proyectos de desarrollo. El BID ha reforzado el respaldo financiero que otorga a América Latina y el Caribe estableciendo nuevos instrumentos en los campos de la agricultura y la energía, y considera también la posibilidad de crear una fundación para respaldar iniciativas de la sociedad civil.
Afortunadamente, en América Latina y el Caribe tienden a reducirse los subsidios perniciosos para el medio ambiente, y a incrementarse la utilización de los cargos ambientales y las tasas de usuarios. Como las corrientes de recursos financieros privados se han convertido en la principal fuente de capital para muchos países de la región, revisten cada vez mayor importancia las políticas que son clave para la inversión privada.