4. Partimos del principio de la unidad en la diversidad, donde cada ser individual es parte del todo y ese todo esta representado en cada una de sus partes. Entendemos que existe un interrelación entre todos los seres.
En ese sentido afirmamos que:
5. Todos los seres animados e inanimados poseen un valor existencial intrínseco que trasciende valores utilitarios, por eso, se debe garantizar a todos el derecho a la vida, a la preservación, a la protección y a la continuidad.
6. Cada ser humano tiene la posibilidad de contribuir o no en el conjunto de las relaciones naturales, por eso tiene la responsabilidad intransferible de ayudar en la evolución de estas relaciones.
7. Con respecto a la vida, la humanidad y cada persona tienen la responsabilidad y el compromiso de buscar su propio equilibrio, la armonía de la familia humana y la de los demás seres y ecosistemas, con solidaridad y cooperación, en el respeto profundo de las diferencias, excluyendo todo tipo de dominación.
8. Para un verdadero respeto, tanto de los seres humanos, como de otras formas naturales de vida, es fundamental el rescate del valor esencial e incondicional de la vida. Para garantizarlo, debemos cultivar la honestidad, la coherencia, el desprendimiento y la simplicidad, superando el individualismo, el consumismo y el utilitarismo.
9. Resaltamos que para la superación de los conflictos políticos y sociales, es imprescindible adoptar métodos no-violentos. Pero constatamos que las actitudes de denuncia se volvieron insuficientes. Por eso, es urgente la instrumentación de las soluciones ecológicamente adecuadas propuestas por las ONGs.