1. Hábida cuenta de las graves amenazas que implican para el ambiente las crecientes concentraciones de gases de tipo ``invernadero'' en la atmósfera, tales como la elevación del nivel del mar, las sequías, la desertificación, el empobrecimiento de la diversidad biológica y otras consecuencias del cambio en los patrones climáticos del mundo que amenazan la sustentabilidad de la vida en este planeta;
2. Considerando que el aumento en las concentraciones atmosféricas de CO2 y otros ``gases de invernadero'' es consecuencia de los actuales patrones de desarrollo y consumo que estimulan el uso excesivo de combustibles no renovables y patrones inadecuados de uso del suelo;
3. Reconociendo que el desarrollo industrial se caracteriza por la injusticia social así como por patrones de consumo no equitativos e inapropiados tanto a nivel nacional como internacional; que los países industrializados han explotado y consumido la mayor proporción de los combustibles fósiles, los bosques y otros recursos del mundo, lo que les ha permitido lograr la capacidad tecnológica para lograr soluciones inmediatas y que por lo tanto deberían asumir la mayor responsabilidad para evitar la crisis social y ecológica;
4. Afirmando que, a pesar de que son los países desarrollados quienes tienen la mayor responsabilidad para evitar los efectos negativos del cambio climatico, tanto los países desarrollados como los países en vías de desarrollo deben movilizarse en torno a las importantes tareas a que se hace referencia en este documento;
5. Considerando la ``Agenda Ya Wananchi - Plan de Acción de los Ciudadanos para los 90'' adoptada en la Conferencia Mundial de ONGs ``Raíces del Futuro'', celebrada en París en diciembre de 1991.