La pesca debe ser manejada dentro de una perspectiva ecosistemica, utilizando principios de manejo integrado, teniendo en consideración actividades antrópicas acuáticas y del medio ambiente, tales como: practicas agrícolas, forestales, de acuicultura y de pesca inadecuadas; destrucción de ecosistemas acuáticos, contaminación de fuentes terrestres y marinas y desarrollo con fines turísticos, urbanos e industriales. El reconocimiento común de estos problemas y un acuerdo sobre como actuar para resolverlos, son el principal desafío a ser enfrentado por los esfuerzos cooperativos entre las ONGs de pescadores, ambientalistas y de desarrollo.