6.18.- Además de cuidar de la satisfacción de las necesidades básicas de salud hay que poner especial empeño en proteger y educar a los grupos vulnerables, especialmente los niños, los jóvenes adultos, las mujeres, las poblaciones indígenas y los muy pobres, como medida indispensable para alcanzar el desarrollo sostenible. También debería prestarse especial atención a las necesidades sanitarias de los ancianos y los impedidos.
6.19.- Los recién nacidos y los niños. Los menores de 15 años de edad constituyen alrededor de una tercera parte de la población mundial. De entre esos niños mueren por lo menos 15 millones al año debido a traumatismos o asfixia durante el alumbramiento, infecciones agudas de las vías respiratorias, malnutrición, enfermedades transmisibles o diarreas, es decir, por accidentes y enfermedades que se podrían evitar. La malnutrición y ciertos factores ambientales adversos afectan a la salud de los niños en mucho mayor medida que a la de otros grupos de población y, por otra parte, son muchos los niños expuestos a que se los explote como mano de obra barata o en la prostitución.
6.20.- Los jóvenes. Como lo demuestra la experiencia histórica de todos los países, los jóvenes son particularmente vulnerables a los problemas asociados con el desarrollo económico que suelen debilitar las formas tradicionales de apoyo social indispensables para el desarrollo sano de los jóvenes. La urbanización y los cambios de las costumbres sociales han aumentado el uso indebido de drogas, los embarazos no deseados y las enfermedades venéreas, incluido el SIDA. Actualmente, más de la mitad de todas las personas menores de 25 años y cuatro de cada cinco viven en los países en desarrollo. En consecuencia, es importante velar por que no se repita la experiencia histórica.
6.21.- La mujer. En los países en desarrollo sigue siendo relativamente precario el estado de salud de la mujer, y durante el decenio de 1980 fueron incluso acrecentadores su pobreza y su malnutrición y empeorando su estado general de salud. La mayoría de las mujeres de los países en desarrollo siguen careciendo de oportunidades de educación básica y de los medios para promover su salud, ejercer un control responsable de su función reproductora y mejorar su condición socioeconómica. Debe prestarse particular atención a la prestación de servicios de atención prenatal para asegurar la salud de los recién nacidos.
6.22.- Las poblaciones indígenas y sus comunidades. Las poblaciones indígenas y sus comunidades constituyen un importante porcentaje de la población mundial. Los resultados de su experiencia tienden a ser análogos en el sentido de que la base de su relación con las tierras tradicionales se ha modificado fundamentalmente. Tienden a figurar en forma desproporcionada en los problemas del desempleo, la falta de vivienda, la pobreza y la mala salud. En muchos países la población indígena crece a un ritmo mayor que la población general. En consecuencia, es importante orientar las iniciativas de salud hacia las poblaciones indígenas.