5.44.- Los gobiernos y las comunidades locales, incluidas las organizaciones comunitarias de mujeres y las organizaciones no gubernamentales nacionales, con arreglo a los planes, objetivos, estrategias y prioridades nacionales podrían, entre otras cosas, emprender las actividades que se describen más adelante con la ayuda y la cooperación de las organizaciones internacionales, según procediera. Los gobiernos podrían dar a conocer la experiencia adquirida en la ejecución de la Agenda 21 en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que se celebrara en 1994 y, en particular, en su comité de población y medio ambiente.
5.45.- Se debería establecer y poner en marcha un proceso eficaz de consulta con los grupos interesados de la sociedad en el cual la formulación y la determinación de todos los componentes de los programas estuviera basado en un amplio proceso de consulta nacional consistente en reuniones a nivel de la comunidad, cursos prácticos regionales y seminarios nacionales, según correspondiera. Este proceso debería permitir que las opiniones de hombres y mujeres sobre sus necesidades, perspectivas y limitaciones se reflejaran debidamente en los programas y que las soluciones estuvieran basadas en experiencias concretas. En este proceso debería darse prioridad a la participación de los grupos pobres y desfavorecidos.
5.46.- Se debería aplicar políticas nacionales para poner en marcha programas integrados y multifaceticos en los que se prestara especial atención a la mujer, a los grupos más pobres que viven en zonas criticas y a otros grupos vulnerables, y que permitiera la participación de grupos que pudieran actuar efectivamente como agentes del cambio y del desarrollo sostenible. Se debería hacer especial hincapié en programas con objetivos múltiples, que promovieran un desarrollo económico sostenible, atenuaran los efectos negativos de las tendencias y los factores demográficos y evitaran danos ambientales a largo plazo. Según correspondiera, se habrían de incluir, entre otras, las cuestiones siguientes: seguridad alimentaria, seguridad de la tenencia de la tierra, suministro de una vivienda mínima y de la infraestructura indispensable, educación, bienestar de la familia, higiene de la reproducción, planes de crédito familiar, programas de reforestación, conservación del medio ambiente y empleo de la mujer.
5.47.- Se debería establecer un marco analítico para determinar los elementos complementarios de las políticas en pro de desarrollo sostenible y los mecanismos nacionales para vigilar y evaluar sus efectos en la dinámica de la población.
5.48.- Se debería prestar especial atención al papel decisivo que desempeña la mujer en los programas sobre población y medio ambiente y en la consecución de un desarrollo sostenible. En los proyectos se habría de aprovechar la oportunidad de vincular los beneficios sociales, económicos y ambientales para la mujer y para sus familias. El adelanto de la mujer es indispensable y debería fomentarse mediante la educación, la capacitación y la formulación de políticas para reconocer y promover sus derechos y su acceso a los bienes, a los derechos humanos y civiles, a técnicas para ahorrar trabajo y a oportunidades de empleo y para aumentar la participación en el proceso de adopción de decisiones. Los programas sobre población y medio ambiente deberían permitir que la mujer se movilizara para mejorar sus condiciones de vida y aumentar su capacidad de participar en el desarrollo socioeconómico y disfrutar de sus beneficios. Se habrían de adoptar medidas concretas para reducir la disparidad existente entre las tasas de analfabetismo de hombres y mujeres.
5.49.- Se debería establecer programas y servicios de higiene de la reproducción, cuando procediera, o mejorar los existentes, a fin de reducir la mortalidad maternoinfantil debida a todas las causas y permitir que los hombres y las mujeres tuvieran el número de hijos que desearan, en consonancia con su libertad, su dignidad y sus valores personales.
5.50.- Los gobiernos deberían tomar medidas activas, con carácter urgente, según las condiciones y sistemas jurídicos de cada país, para lograr que las mujeres y los hombres tuvieran el mismo derecho de decidir de manera libre y responsable el número y el espaciamiento de sus hijos y tuvieran acceso a la información, a la educación y a medios, según procediera, que les permitieran ejercer ese derecho en consonancia con su libertad, su dignidad y sus valores personales, teniendo en cuenta las consideraciones éticas y culturales.
5.51.- Los gobiernos deberían tomar medidas activas a fin de ejecutar programas para establecer y reforzar los servicios de salud preventivos y curativos, que incluyeran servicios de salud reproductiva seguros y eficaces, centrados en la mujer y administrados por mujeres, así como servicios asequibles y accesibles, según procediera, de planificación responsable del tamaño de la familia, en consonancia con la libertad, la dignidad y los valores personales y teniendo en cuenta las consideraciones éticas y culturales. Los programas deberían centrarse en la prestación de servicios generales de salud, incluidas la atención prenatal y la educación e información en materia de salud y paternidad responsable, y dar a todas las mujeres la oportunidad de amamantar completamente a sus hijos, al menos durante los cuatro primeros meses después del parto. Los programas deberían apoyar plenamente la función productiva y reproductiva de la mujer, así como su bienestar, y prestar especial atención a la necesidad de proporcionar mejores servicios de salud a todos los niños, en condiciones de igualdad, así como a la necesidad de reducir el riesgo de la mortalidad y las enfermedades de madres e hijos.
5.52.- De conformidad con las prioridades nacionales, se debería elaborar programas de información y educación que tuvieran en cuenta las característica culturales de cada país, a fin de transmitir a hombres y mujeres mensajes fácilmente comprensibles sobre higiene de la reproducción.
5.53.- Se debería promover el apoyo de distintos sectores y la creación de un marco institucional apropiado para facilitar las actividades de población. Para ello se requiere el apoyo y la dedicación de las autoridades políticas, locales, religiosas y tradicionales, el sector privado y la comunidad científica de cada país. En el establecimiento de este marco institucional deberían participar activamente las instituciones nacionales de mujeres.
5.54.- La asistencia para actividades de población debería coordinarse con los donantes bilaterales y multilateral a fin de tener en cuenta las necesidades de todos los países en desarrollo en materia de población, respetando plenamente la función de coordinación general de los países receptores, así como sus preferencias y estrategias.
5.55.- Se debe mejorar la coordinación en los planos local e internacional. Se debería mejorar los métodos de trabajo para utilizar de manera óptima los recursos disponibles, aprovechar la experiencia colectiva y mejorar la ejecución de los programas. El FNUAP y otros organismos pertinentes deberían reforzar la coordinación de las actividades de cooperación internacional con los países receptores y los donantes a fin de asegurar que se dispusiera de fondos suficientes para hacer frente a necesidades cada vez mayores.
5.56.- Se debería formular propuestas sobre programas de población y medio ambiente a nivel local, nacional e internacional para hacer frente a necesidades concretas y lograr la sostenibilidad. Cuando fuera apropiado, se debería introducir cambios institucionales a fin de que la seguridad en la vejez no dependiera exclusivamente de los miembros de la familia.