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Actividades

  1. Fomento de una mayor eficiencia en el uso de la energía y de los recursos

    4.18.- La reducción de la cantidad de energía y materiales que se utilizan por unidad en la producción de bienes y servicios puede contribuir a la vez a aliviar la tensión ambiental y a aumentar la productividad y competitividad económica e industrial. Por lo tanto, los gobiernos, en cooperación con el sector industrial, deberían intensificar los esfuerzos por utilizar la energía y los recursos en forma económicamente eficaz y ecológicamente racional mediante:

    1. El fomento de la difusión de las tecnologías ecológicamente racionales ya existentes.

    2. La promoción de la investigación y el desarrollo de tecnologías ecológicamente racionales.

    3. La asistencia a los países en desarrollo para que usen con eficacia esas tecnologías y desarrollen las tecnologías que mejor se adapten a sus circunstancias concretas.

    4. El fomento del uso ecológicamente racional de las fuentes de energía nuevas y renovables.

    5. El fomento del uso ecológicamente racional y sostenible de los recursos naturales renovables.

  2. Reducción al mínimo de la generación de desechos

    4.19.- Al mismo tiempo, la sociedad necesita desarrollar medios efectivos para tratar los problemas relativos a la eliminación de cantidades cada vez mayores de materiales y productos de desecho. Los gobiernos, junto con el sector industrial, las unidades familiares y el público en general, deben realizar esfuerzos concertados para reducir la generación de desechos y productos de desecho mediante:

    1. El fomento del reciclaje a nivel del procesamiento industrial y del consumidor.

    2. La reducción del material innecesario de envase y embalaje.

    3. El fomento de la introducción de productos más racionales desde el punto de vista ecológico.

  3. Asistencia a las personas y las familias para que adopten decisiones de compra ecológicamente racionales

    4.20.- Un acontecimiento significativo que debe ser alentado es el reciente surgimiento en muchos países de un público consumidor más consciente desde el punto de vista ecológico, sumado a componentes del sector industrial cada vez más interesados en proveer productos de consumo ecológicamente racionales. Los gobiernos y las organizaciones internacionales, conjuntamente con el sector privado, deben desarrollar criterios y métodos para evaluar los efectos sobre el medio ambiente y las necesidades de recursos durante la totalidad de los procesos y todo el ciclo de vida de los productos. Los resultados de esa evaluación deben expresarse en forma de indicadores claros a fin de poder informar a los consumidores y a los encargados de adoptar decisiones.

    4.21.- Los gobiernos, en colaboración con el sector industrial y otros grupos interesados, deben alentar la difusión del etiquetado con indicaciones ecológicas y otros programas de información sobre productos que tienen relación con el medio ambiente, a fin de que el consumidor pueda hacer una selección fundamentada.

    4.22.- Los gobiernos también deberían fomentar la aparición de un público consumidor informado y ayudar a las personas y a las unidades familiares a hacer una selección ecológicamente fundamentada mediante:

    1. El suministro de información sobre las consecuencias que tienen las opciones y los comportamientos en materia de consumo, a fin de promover la demanda y el uso de productos ecológicamente racionales.

    2. La creación de conciencia en los consumidores respecto del efecto que los productos tienen sobre la salud y el medio ambiente, valiendo de leyes de protección del consumidor y del etiquetado con indicaciones ecológicas.

    3. El fomento de programas expresamente orientados al consumidor, como el reciclaje y los sistemas de pago y reembolso de depósitos por envases.

  4. Liderazgo a través de las compras de los gobiernos

    4.23.- Los gobiernos desempeñan también un papel en el consumo, especialmente en los países en donde el sector público ocupa un lugar preponderante en la economía y puede tener considerable influencia tanto en las decisiones empresariales como en las opiniones del público. Esos gobiernos deberían por lo tanto revisar la política de compra de sus organismos y departamentos de modo que puedan mejorar cuando sea posible el aspecto ecológico de sus políticas de adquisición, sin prejuicio de los principios del comercio internacional.

  5. Promoción de la fijación de precios ecológicamente racionales

    4.24.- Sin el estímulo de los precios y las indicaciones del mercado que den a conocer claramente al productor y al consumidor el costo ecológico que representa el consumo de energía, materiales y recursos naturales y la generación de desechos, al parecer no será probable lograr en el futuro próximo cambios significativos en las modalidades de consumo y producción.

    4.25 Con la utilización de instrumentos económicos adecuados se ha comenzado a influir en el comportamiento del consumidor. Entre esos instrumentos figuran los gravámenes e impuestos ambientales, los sistemas de pago y reembolso de depósitos, tes. Debería alentarse este proceso teniendo presentes las condiciones propias de cada país.

  6. Fortalecimiento de los valores que apoyen el consumo sostenible

    4.26.- Los gobiernos y las organizaciones del sector privado deberían fomentar la adopción de actitudes más positivas hacia el consumo sostenible mediante la educación, los programas de toma de conciencia del público y otros medios como la publicidad positiva de productos y servicios que utilizaran tecnologías ecológicamente racionales o fomentaran modalidades sostenibles de producción y consumo. Al examinar la aplicación de la Agenda 21 debería considerarse debidamente la posibilidad de evaluar el progreso logrado en el desarrollo de esas políticas y estrategias nacionales.


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