Datos e información
12.8.- Los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo
de las organizaciones internacionales y regionales competentes,
deberían:
- Examinar y estudiar los medios de determinar las consecuencias
ecológicas, económicas y sociales de la desertificación
y la degradación de las tierras e introducir los resultados
de esos estudios a nivel internacional en la evaluación de
la desertificación y la degradación de las tierras.
- Examinar y estudiar la interacción de los efectos socioeconómicos
del clima, la sequía y la desertificación y utilizar los
resultados de esos estudios para la adopción de medidas concretas.
12.9.- Los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo
de las organizaciones internacionales y regionales competentes,
deberían:
- Apoyar la labor integrada de reunión de datos e investigación
que se realice en el marco de los programas relacionados con
los problemas de la desertificación y la sequía.
- Apoyar los programas nacionales, regionales y mundiales para
el establecimiento de redes integradas de reunión de datos
y de investigación, para lo cual habrán de realizar evaluaciones
de la degradación de los suelos y de las tierras.
- Fortalecer las redes y los sistemas de observación sistemática
nacionales y regionales en las esferas de la meteorología
y la hidrología para velar por que se reúna información
básica suficiente y haya comunicación entre los centros nacionales,
regionales e internacionales.
- Cooperación y coordinación en los planos internacional
y regional
12.10.- Los gobiernos, al nivel que corresponda y con el apoyo
de las organizaciones internacionales y regionales competentes,
deberían:
- Fortalecer los programas regionales y las actividades de
cooperación internacional, como el Comité Interestatal Permanente
de Lucha contra la Sequía en el Sahel (CILSS), la Autoridad
Intergubernamental sobre Sequía y Desarrollo (AISD), la Conferencia
de Coordinación del Desarrollo del Africa Meridional (CCDAM),
la Unión del Magreb Arabe y otras organizaciones regionales,
y organizaciones como el Observatorio del Sahara y del Sahel.
- Establecer o desarrollar, como componente amplio, una base
de datos sobre la desertificación, la degradación de las
tierras y la condición humana que incorpore parámetros físicos
y socioeconómicos. Dicha base de datos debería basarse en
los servicios existentes y, en la medida necesaria, adicionales,
tales como los de Vigilancia Ambiental y otros sistemas de información
de instituciones internacionales, regionales y nacionales fortalecidos
para este fin.
- Determinar puntos de referencia y definir indicadores del
progreso que faciliten la labor de las organizaciones locales
y regionales de observación sistemática y reconocimiento
del progreso realizado en la lucha contra la desertificación.
Debería prestarse particular atención a los indicadores
de la participación local.