7.35.- Hay muchos parámetros relacionados con la disponibilidad de recursos hídricos, calidad del aire y existencia de una infraestructura ambiental para el saneamiento y la gestión de desechos que definen la capacidad de sostener el desarrollo urbano. A raíz de la densidad de los usuarios, la urbanización, si se administra debidamente, ofrece oportunidades extraordinarias para la creación de una infraestructura ambiental sostenible por medio de políticas de fijación de precios y programas de enseñanza adecuados, así como de mecanismos de acceso equitativos que sean racionales desde el punto de vista económico y ambiental. Sin embargo, en la mayoría de los países en desarrollo la mala salud generalizada y un gran número de muertes que podrían evitarse cada año pueden atribuirse a la deficiencia o a la falta de una infraestructura ambiental. En esos países las condiciones no pueden sino empeorar debido a necesidades cada vez mayores que exceden la capacidad de los gobiernos de responder adecuadamente.
7.36.- Un enfoque integrado para el suministro de una infraestructura ecológicamente racional en los asentamientos humanos, en particular a los pobres de las zonas urbanas y rurales, es una inversión en el desarrollo sostenible que puede mejorar la calidad de la vida, aumentar la productividad, mejorar la salud y reducir la carga de las inversiones en medicina terapéutica y mitigación de la pobreza.
7.37.- La mayor parte de las actividades cuya gestión mejoraría mediante un enfoque integrado están comprendidas en la Agenda 21 según se indica a continuación: capítulos 6 (Protección y fomento de la salud humana), 9 (Protección de la atmósfera), 18 (Protección de la calidad y el suministro de los recursos de agua dulce) y 21 (Gestión ecológicamente racional de los desechos sólidos y cuestiones relacionadas con las aguas clascales).