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Preámbulo

Las zonas marinas protegidas es vital para la preservación de ecosistemas que sean de especial importancia. Estos ambientes costeros, entre los que figuran bahías, estuarios, lagunas, manglares, pantanos, inundaciones producidas por la marea, lechos de algas y arrecifes de coral son altamente fecundos y poseen compleja diversidad biológica. Son ecológicamente sensibles, tanto a vientos naturales como a las actividades humanas, tales como cambios climáticas, elevación del nivel del mar, succión de agua, realización de terraplenes, dragado, sedimentación, saneamiento y desarrollo del litoral, entre otros. Hay necesidad urgente de una acción inmediata que detenga la progresiva destrucción de esos ecosistemas marinos de valor inestimable. Cada vez mas, el espacio del litoral, tanto en proximidad de la costa, como en el mas alejado, en plataforma continental, vienen siendo manejados dentro de los parámetros del actual modelo económico mundial, basado en la explotación y en el lucro. Este modelo esta dominado por organismos estatales, nacionales e intergubernamentales, que son frágiles frente a las intensas presiones económicas y políticas y que no pueden o no son sensibles a los intereses de los individuos que viven en las regiones costeras. Esas instituciones normalmente aprueban proyectos incompatibles con el equilibrio ecológico y con la supervivencia de esos ambientes, lo cual trae como consecuencia un medio ambiente insustentable que se refleja en la población nativa. La supervivencia de la población depende de los recursos vivos de esos ecosistemas y se ve entonces obligada a emigrar. Ambos factores causan desempleo, pobreza y hambre. Los gobiernos del mundo necesitan escuchar la sabiduría de los pueblos nativos de todo el mundo, entre ellos pescadores y otros usuarios del medio ambiente marino. Hablar de educación sobre el ambiente marino no significa ser idealista, sino realista. Es tener conciencia de que, a menos que el mundo se una para resolver esos problemas, habrá catástrofes aun mayores. Necesitamos un cambio de mentalidad en todo el mundo, con una sociedad civil, bien informada y consciente de los problemas ecológicos, ansiosa de buscar soluciones para los riesgos existentes e interesada en aplicar el conocimiento con miras a la prevención de futuros problemas. A través de un esfuerzo educativo intenso, las actitudes y los valores de los ciudadanos del mundo van a cambiar de manera que se adquiera conciencia de la seriedad de los problemas que amenazan sus propias existencias; de su responsabilidad y del deber moral que tiene de trabajar cooperativamente para resolverlos. Los mares del mundo constituyen un recurso común que necesita de proteccion a través de la cooperación internacional. Se trata, en verdad, de un único océano sin fronteras reales El plazo para actuar coherentemente en niveles locales, nacionales e internacionales, hace mucho que finalizo.


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Secretaría de Medio Ambiente